Otoño

No es mi estación preferida, pero aun así me gusta ver caer las hojas de los arboles, sentir ese viento helado por las tardes que roza mi rostro y como hoy ver esas nubes amenazante grises, que dejan caer pequeñas gotas dando un leve aviso de que quizás llovería, así estuvo todo el día engañoso, indeciso, dejándome con las ganas de caminar bajo la lluvia, porque eso es lo que me encanta de esta estación fría, que da paso al invierno. Caminar y sentir la lluvia encuentro que es lo mas genial y rico, esas gotas de agua que mojan mi cabello, mi rostro, que tímidas y de a poco empiezan a humedecer las calles. En muchas ocasiones tuve la oportunidad de estar caminando en la calle y que sin previo aviso se pusiera a llover, la reacción de la mayoría de la gente; correr a resguardarse de ella y muchos otros al igual que yo disfrutar de ella mientras cae con leve intensidad a tierra.

Recién abrí mi ventana y de inmediato un leve viento rozo mi mano y cara, haciéndome sentir el frío y ese aroma a tierra húmeda el cual no debería sentir ya que no ha caído ni una sola gota de agua, pero aun así lo percibo. Se siente en el aire que pronto lloverá, algunas nubes dispersas cubren el cielo y a lo lejos el sonido de los autos que pasan por la calle y un zumbido que no alcanzo a distinguir que es mas allá de los cerros.

Ojala mañana llueva, me gusta estar acostada, escuchar como el agua cae en el tejado, el viento que provoca el danzar de los arboles y así el sonar de sus hojas.